Estamos en un momento en el cual muchas de las carreras y profesiones actuales están sufriendo un cambio de paradigma y un cambio de orientación, los profesionales cada vez más deben salir no solo con competencias “duras” sino también con competencias “blandas” pero adicionalmente a esto, también deben salir con competencias digitales.
Las profesiones cada vez más están desarrollando una complementariedad con la tecnología que es imposible evitar. Las profesiones como abogacía o bien contaduría ya dependen del aspecto tecnológico tal que actualmente muchos están denominando a la “legal Tech” o bien a la “Accounting Tech” como disciplinas en si mismas o ramas que se han separado y para la cual la utilización de la tecnología es un valor diferencial.
De la misma, forma podemos estar hablando de la “Audit Tech” como aquella disciplina de la auditoría que se apalanca en la tecnología para el cumplimiento de sus objetivos de una forma eficiente.
Es innegable que las nuevas tecnologías vienen de la mano de una mejora en la calidad y reducción de riesgos en los trabajos de auditoría, así como que el volumen de información que se maneja cada vez más hace casi imprescindible la utilización de estas nuevas tecnologías, todo esto potenciado por los organismos regulatorios que cada vez más aumentan su presión y escrutinio hacia la profesión.
Es importante destacar que en los últimos tiempos la función de auditoría interna se había convertido o bien se estaba percibiendo como un “comodity” o bien como un servicio estandarizado, con procedimientos también estándar. Ante esta situación, era necesario poder cumplir con uno de los deseos de los clientes que exigen un valor adicional de los servicios de auditoría. Por lo tanto, la digitación es una de las herramientas que permitirá a la auditoría poder dar ese valor diferencial exigido y por lo otro lado las empresas de auditoría que puedan integrar de forma rápida y eficientes esta tecnología seguramente estarán a la vanguardia de la nueva función de auditoría que está por venir. Esto sumado a la complejidad cada vez mayor de los modelos de negocios de las empresas auditadas que exigen no solo un mayor conocimiento de las empresas auditadas sino una mayor experiencia técnico de los auditores.
Según el Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España, existen las siguientes las herramientas de Gestión de Procesos de Auditoría que actualmente un auditor debería manejar:
- De gestión documental
- Software de gestión de auditoría
- Reconocimiento óptico de caracteres (OCR)
- Herramientas de Analytics
- Herramientas de Reporting
- Herramientas de Muestreo
- Herramientas de extracción de información de clientes
- Herramientas para agregación de información financiera
- Herramientas de análisis de redes sociales
- Herramientas de minería de procesos
- Herramientas de análisis de contratos
- Herramientas de Robotización (RPA)
- Herramientas de control de inventario
Cada una de estas tecnologías tienen un nivel de madurez variable, encontrándose alguna en los primeros estadios de evolución y otras muy maduras. De hecho también ya podemos estar incorporando en este listado a las tecnologías congnitivas como ser la inteligencia artificial.
En resúmen lo que es muy importante considerar es que todas ellas son tecnologías aplicables al ámbito de la auditoría y para las cuales los auditores deberían tener competencias. El seguir construyendo una función de auditoría eficiente que cumpla con las cada vez más exigentes expectativas de los clientes dependen de ir incorporando estas tecnologías de forma masiva en nuestros trabajos diarios.