METODOLOGÍA ÁGILE: PRIMEROS CONCEPTOS

En este mundo de aceleración continua y de estado de disrupción constante, la mayoría de las actividades y profesiones debieron adaptarse y una de las profesiones y/o actividades que últimamente han sabido tomar este desafío es la profesión de Auditoría.  Si recordamos, para quienes hemos leído los viejos libros de Auditoría durante nuestra etapa de aprendizaje, el proceso de auditoría básicamente constaba de tres etapas:

Preparación

Ejecución

Finalización

Bajo este esquema del siglo pasado percibíamos a la actividad de auditoría como un proceso continuo en el cual el producto final, es decir el informe del auditor se encontraba al final de esta cadena, cadena de por si que medida en tiempos, implicaba que el trabajo final del auditor podía estar meses después de iniciado el trabajo.

Ahora bien, si nos posicionamos en este mundo en el cual la información es en tiempo real, y que las decisiones son en tiempo real, la profesión de auditoría quedaba desfasada, es decir sus resultados no eran en tiempo real, por lo tanto la oportunidad de la información no lo era tanto, es decir que el valor que aportaba la auditoría no era el esperado, y si seguimos desarrollando esta línea de pensamiento, llegaría un momento en el cual nos preguntaríamos ¿para que sirve la función de auditoría?.  Para evitar esta pregunta, es que el auditor tuvo que evolucionar en su forma de encarar los trabajos de auditoría y es aquí en donde entra en nuestro análisis la metodología AGILE.

La metodología Agile no implica un cambio significativo en el accionar de la auditoría, pero si elimina el concepto de secuencialidad, el proceso se define como un ciclo constante de mejora continua en la cual existe una etapa de planificación, trabajo de campo y Revisión, cada una de estas fases planteadas dentro de una etapa de reflexión y aprendizaje denominada sprint.  El reducir los tiempos y el poder entregar información y reportes en un tiempo más corto es una los pilares de esta metodología.  Es innegable que el sentido de la oportunidad es una de las herramientas más importantes actualmente, a nadie le sirve tener el diario de ayer, y esta metodología permite disponibilizar información a las áreas auditadas de forma oportuna a fin que las mismas puedan accionar de forma rápida.

Según un documento elaborado por Deloitte estos son algunos de los beneficios concretos de la aplicación de Agile en el proceso de auditoría.

  • Permite a Auditoría Interna responder rápidamente a los cambios que el negocio necesita.
  • Reduce el tiempo entre descubrir y entregar información relevante.
  •  Construye el conocimiento específico de riesgo que el área auditada necesita.
  • Evita la entrega de informes carentes de problemas relevantes.
  • Cumple con los compromisos convenidos con la administración priorizando el alcance de cada auditoría.

El principal cambio de Agile radica en el cambio de mentalidad que debe tener el equipo de Auditoría para adaptarse a esta nueva forma de encarar el trabajo, por otra parte, los beneficios son muy claros, poder lograr que la función de Auditoría se convierte realmente y sea percibida por la organización como un área generadora de valor para la misma.

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